Una persona de corazón caritativo disfrutará de Dios
Nehemías se enteró de la incómoda situación de los israelitas (su pueblo), y estaba triste. Sus nobles ciudades (incluyendo Jerusalén) y sus habitantes estaban en peligro. La noticia hizo que Nehemías rezara y ayunara por la intervención de Dios. La Biblia informó, "....Hanani uno de mis hermanos vino con hombres de Judá, y les pregunté acerca de los Judíos que habían escapado, que habían sobrevivido al cautiverio, y acerca de Jerusalén. Y me dijeron,
"Los supervivientes que quedan del cautiverio en la provincia están allí con gran angustia y reproche. El muro de Jerusalén ...también se derrumba, y sus puertas se queman con fuego". Al oír estas palabras, me senté y lloré, y me puse a llorar durante muchos días; estaba ayunando y orando ante el Dios del cielo" (Nehemías 1, 2-4). Dios respondió a la petición de Nehemías y le concedió la gracia ante un rey gentil de volver a casa para reconstruir su patria.
Lección:
Dios ama a la gente que ayuda a los demás. Se deleita enormemente en una persona que busca el bienestar de los demás. Jehová bendecirá y honrará a esa persona y se asegurará de que no se avergüence. Las personas que son amables y agraciadas con los demás tendrán sus rostros embellecidos con maravillosas recompensas. Aunque tengan su breve momento de penuria en la tierra, al final prevalecerán. Jehová levantará a las personas de buen corazón para que se animen en sus buenas obras. Una persona de corazón caritativo disfrutará de los beneficios de Dios en esta vida y en la venidera. Sus generaciones sucesivas también cosecharán buenas recompensas por su trabajo! No faltará nada bueno para una persona cuyo corazón esté totalmente comprometido con Dios y represente plenamente a Jesucristo en la vida de los demás. Dios los honrará siempre.
Oración:
Querido Dios, por favor dame un corazón que se preocupe y ayude a otras personas. Déjame ser parte de la solución de alguien más. Permíteme con gracia hacer contribuciones positivas a la vida de otras personas. ¡Déjame ser un solucionador de problemas y no un contribuyente de problemas! Permíteme con gracia ser tu verdadero embajador en la tierra, para que tu nombre pueda ser alabado en la tierra de los vivos. (Por favor, trata también mis problemas personales para que pueda tener más razones para servirte). Porque en el nombre de Jesucristo hago mis peticiones. Amén.
