Sea humilde ante Dios
Todas las personas no son más que arcilla quebradiza en las manos de su alfarero. Dios es el alfarero y nosotros somos la arcilla. Él tiene un poder autónomo sobre nosotros; es el creador del universo, y todas las cosas se someten a él. Dios declaró en las escrituras,
"Oh, casa de Israel, ¿no puedo hacer con vosotros como este alfarero?" dice el Señor. "Mira, como el barro está en la mano del alfarero, así estás en mi mano, oh casa de Israel!” (Jeremías 18:6).
Nosotros los seres humanos no somos todo, pero Dios sí. Estamos sujetos a él, y él tiene la autoridad final sobre nosotros. No se nos permite hacer lo que queramos, a menos que satisfagan al Creador. Se nos exige reverenciarlo con honor y obedecer sus mandamientos, para que podamos prosperar.
Oración:
Querido Dios, por favor, mantenme humilde ante ti, y déjame reverenciarte con dignidad y honor. No permitas que me llene de mí mismo y te falte el respeto de todos modos. Ya que tú eres el alfarero y yo la arcilla, déjame ceder a tus instrucciones para que pueda prosperar en todos mis caminos. Porque en nombre de Jesucristo hago mis peticiones. Amén.
