La sentencia
David arriesgó su vida para defender su país y matar a Goliat, pero no fue recompensado adecuadamente. El rey Saúl, que debería estar feliz por el logro de David, se puso celoso, y lo quería muerto por todos los medios. Mientras David escapaba para salvar su vida, tuvo que dormir en la jungla por lo menos tres días esperando lo que le depararía su destino. Las escrituras relataban la terrible experiencia de David cuando Jonatán intentó ayudarle a escapar de los ataques del rey Saúl,
"Entonces Jonatán le dijo a David: "Mañana es la Luna Nueva; y te echaremos de menos, porque tu asiento estará vacío. Y cuando te hayas quedado tres días, baja rápido y ven al lugar donde te escondiste el día de la hazaña; y quédate junto a la piedra Ezel. Entonces dispararé tres flechas hacia el lado, como si disparara a un blanco; y allí enviaré a un muchacho, diciendo: "Ve, encuentra las flechas". Si le digo expresamente al muchacho: "Mira, las flechas están a este lado tuyo; tómalas y ven", entonces, como vive el Señor, hay seguridad para ti y no hay daño. Pero si le digo al joven: "Mira, las flechas están más allá de ti", vete, porque el Señor te ha enviado lejos. Y en cuanto al asunto del que tú y yo hemos hablado, que el Señor esté entre tú y yo para siempre" (1 Samuel 20: 18-23).
Lección:
El sistema mundial está programado de alguna manera para abusar de la gente justa y honrar a los individuos malvados. Tal acto de maldad puede persistir pero no duraría. Dios eventualmente juzgará a la gente malvada basándose en su maldad. El Juez Perfecto honrará a la gente que ha sido marginada y abusada en la tierra. Les dará posiciones de prestigio en su reino. Mientras tanto, Dios no sólo otorgará bendiciones celestiales a sus hijos fieles, también los bendecirá en la tierra. Se asegurará de que las personas que están con él en la tierra nunca sean avergonzadas.
Oración:
Querido Dios, por favor bendíceme más allá de los límites de las persecuciones y supresiones de los enemigos. Deja que tu luz gloriosa brille sobre mí, y que mi rostro irradie tu belleza. Déjame prosperar en la
tierra, y déjame ser bendecido en el cielo. Porque en el nombre de Jesucristo hago mis peticiones. Amén.
